miércoles, 28 de octubre de 2015

EL SOL, LA VITAMINA D Y YO



En estos días en que la lluvia y el tiempo se han llevado ese solecito de verano, me apetecía hablar precisamente de él.
Hoy el sol quemaba de fuerte que estaba, una ya no sabe que ponerse de ropa.

Paseando a mi perrita Layka me gusta que me de por la espalda, por supuesto con mi gorra porque la luz fuerte me produce malestar. Es un hipersensibilidad a la luz, otro síntoma mas de la Fibromialgia.
  
Los días soleados, como a todos, me da una sensación de bienestar y vitalidad que me animan para el resto del día.  
Una sensación super agradable.

Hace tiempo que no tomo el sol como lo hacía antes.
Eso de tomar el sol como todo el mundo para ponerme morena a dejado paso a tomar el sol por la vitamina D, cuando puedo y el fuerte sol me deja.

Nuestro cuerpo la produce cuando se expone directamente la piel al sol, la suelen llamar 
la vitamina de la "luz del sol".

Yo en verano tomo el sol de forma mínima porque no puedo ir a la playa con todos los olores a cremas solares. Tengo que ir a playas fuera de aglomeraciones por mi problema con los químicos.
Si que voy, pero paso mas tiempo bajo la sombrilla que al sol.
Alterno los baños en el mar con un poco de sol, cuando estoy sequita me pongo a la sombra (muchas veces antes).

Las recomendaciones de tomar el sol porque es beneficioso para los huesos, son un echo.
Siempre es necesario en todas las edades. 
Cuando somos pequeños para evitar el raquitismo por su deficiencia y cuando somos adultos para prevenir la osteoporosis.
La vitamina D es fundamental para absorber el calcio. 
El calcio y el fósforo son dos minerales esenciales para la formación normal de los huesos.

Ya en la antigüedad los médicos griegos habían comprobado en sus pacientes que tomar el sol aliviaba algunos de sus males. Los romanos también conocían sus ventajas.

Recordar siempre tomar el sol en verano con precaución y en invierno aprovechar esos días soleados.

Un beso corazones.




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